La Biblioteca de la Facultad de Biología de la Universidad de Salamanca organiza recursos educativos y cursos de aprendizaje para docentes, estudiantes e investigadores en general con el objetivo de que aprendan a utilizar con efectividad los recursos de búsqueda y gestión de la información científica.
Estas acciones forman parte de un programa impulsado por la red de bibliotecas universitarias (Redium) para la alfabetización informacional. La utilización de herramientas de búsqueda especializada y los espacios digitales de intercambio informativo se hacen cada vez más habituales en los centros universitarios, pero también implica que los usuarios obtengan habilidades para utilizarlas de manera efectiva.
"La información abundante que obtenemos de internet, específicamente con buscadores amplios como Google, puede llegar a ser una maldición más que una bendición para quienes buscan contenidos científicos", comenta Ángel Poveda, principal coordinador de las acciones. La alfabetización informacional apoya el aprendizaje individual y continuo, que constituye un principio fundamental de la sociedad del conocimiento. “Estas acciones sustituyen actualmente lo que se conocía como formación de usuarios que se hacía en las bibliotecas habitualmente, enfocada a enseñar a utilizar los recursos de las bases de datos de libros impresos”, explica Poveda.
La diferencia fundamental de la alfabetización informacional, como ha comentado el especialista a Dicyt, radica en que se basa en un principio de independencia del usuario, con un enfoque de universalización y democratización de la información. Según la Unesco, la organización que impulsa este programa, "significa que el usuario debe ser capaz de buscar a información, discriminarla y producir nueva información a partir de este proceso”, precisa Ángel.
Búsqueda especializada
Las iniciativas que se llevan a cabo en la universidad están dirigidas a estudiantes, docentes e investigadores y están enfocadas a la búsqueda y recuperación de información científica, especialmente artículos de revistas especializadas. “Si no tienes las habilidades el exceso de información te puede confundir más que ayudar”, enfatiza Poveda. Para estas acciones formativas utilizan las plataformas digitales de la universidad, como la página web de la Biblioteca de la Facultad de Biología, y también cursos o seminarios presenciales, incluso en centros de investigación, como los encuentros que recientemente tuvo el especialista con los miembros del Centro Hispanoluso de Investigaciones Agrarias de Salamanca (Ciale).
Los cursos se encaminan a introducir a los usuarios en el uso de ciertos recursos digitales como los buscadores y recuperadores de información científica, así como los gestores como Google Reader, una aplicación de Google que organiza y actualiza las búsquedas programadas creando una página web propia. El principal foco de interés se centra en enseñar a utilizar todas las ventajas que ofrecen los recursos de búsqueda especializada en ciencia para que sustituyan las búsquedas habituales en buscadores generalistas.
Como comenta Ángel, la diferencia entre ambos radica en que: “un buscador generalista lanza un robot que explora la red de manera aleatoria, mientras que una base de datos tiene un equipo especializado que determina los sitios donde se debe buscar la información”. Esta diferencia evita situaciones en las que se obtiene mucha más información de la que se puede procesar, además de que la gran parte no es fiable o no responden a los intereses del usuario.
En la formación que llevan a cabo, también se enfatiza en la búsqueda en idioma inglés. Por otra parte, se tratan los comportamientos más adecuados a la hora de utilizar los buscadores especializados, como la introducción de búsquedas por sinónimos, con varios términos a la vez y la parte de los textos donde se debe buscar la información, como las palabras clave o los resúmenes. También ofrecen una guía acerca de las tendencias en los recursos disponibles.
Dentro de los recursos más novedosos en la red de redes se encuentran los buscadores de ciencia abierta, que obtiene la información de instituciones académicas y centros de investigación. Un buen ejemplo es Recolecta, que se gestiona a través de la Fundación Española de Ciencia y Tecnología (FECYT) y explora por las universidades y centros de investigación españoles. Otra de las tendencias actuales de organización del saber científico son los repositorios, bases de datos en línea donde se pueden realizar busquedas muy efectivas sobre discímiles temas científicos. “Los repositorios son especies de almacenes digitales que conservan y comprante la producción científica de las universidades”, explica Poveda.
Objetos digitales de aprendizaje
Otro de los aspectos en los cuales centran su atención es el uso de objetos digitales de aprendizaje, materiales educativos organizados diseñados para ser reutilizados en procesos de aprendizaje. Estas herramientas permiten organizar procesos educativos que integran diferentes software para generar aprendizajes globales sobre cualquier temática, utilizando todos los apoyos posibles: textos, imágenes, videos o foros de discusión. “Constituyen un cambio de modelo de enseñanza y socialización, se pasa de una cultura de educación presencial a una a distancia”.
Entre los ejemplos que cita el Ángel Poveda, destacan la enciclopedia en línea Kalipedia; un libro digital que en algunas comunidades de Latinoamérica se está adoptando como texto de enseñanza. La Journal of visualization experiments constituye otro ejemplo de revista en red que ofrece videos de experimentos con carácter didáctico de diferentes campos investigativos como Neurociencias, Medicina y Biología Celular. Los objetos de aprendizaje en la web pueden encontrarse en repositorios gestionados por instituciones educativas que tienden a multiplicarse. Algunos de estos repositorios son la Multimedia Educational for Learning and Online Teaching (Merlot) o Biointeractive, gestionado por Howard Hughes Medical Institute, una sociedad filantrópica norteamericana para la investigación biomédica y la educación científica.
Fecha: 23 de junio de 2009
Autor: Salamanca24Horas.
Autor: Salamanca24Horas.
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